No deja de ser una curiosidad que la palabra “safari” signifique “viaje” en suajili, y eso es lo que hacemos la mayoría de occidentales cuando llegamos a Dar es Salaam o a Arusha, contratar un viaje por los diferentes parque nacionales que están repartidos por toda la geografía tanzana.
Lo primero que hay que cambiar es la mentalidad occidental, piensas que se pueden cubrir las distancias como en occidente, que llegas en un día a los lugares contratados o que es fácil moverte por las carreteras africanas, son caminos llenos de polvo, esa tierra rojiza que impregna el cuerpo, la ropa, las mochilas y que te hace saber que estás en África.
Nosotros hicimos con nuestro “viaje” Coto Selous y el Parque Nacional de Ruaha, y esto nos llevó seis noches (dos en Mkola, una en Morogoro y tres más en Msembe), una experiencia africana dentro de un documental de La2.
Lo hemos visto muchas veces en cualquier documental, las manadas de ñus cruzando cualquier río y la migración al P.N. Masai Mara de Kenia, una manada de leonas atacando a un grupo de gacelas o a un grupo de elefantes protegiendo a los más pequeños en el centro del grupo; en los ríos sucede igual, con esos grupos de hipopótamos protegiéndose de los rayos solares o esos cocodrilos en las orillas del río cogiendo temperatura o simulando ser rocas a poca distancia de la orilla intentando capturar a cualquier animal que se acerque a beber agua.
En definitiva, contratar un safari es contratar un viaje por los parques nacionales de Tanzania, pero para visitar dos parques y hacer un día o día y medio en ellos se deben invertir muchas horas dentro del todoterreno.
De esta semana, estuvimos un día y medio en Coto Selous y un día en Ruaha, entre medias un día entero de viaje desde Mkola a Morogoro, otro desde Morogoro a Msembe, y el último de regreso a Dar es Salaam, aunque a nosotros nos dejaron en Mikumi, ya que ahí era donde comenzaba nuestro viaje real, la primera experiencia en solitario era visitar el Parque Nacional de los Montes de Udzungwa, cerca del poblado de Mang´ula.
En Coto Selous, contratamos un boat safari, un walking safari y dos días en el parque, el primero recorriéndonos sus caminos para ver todo tipo de animales y el segundo, para cruzarlo desde Mkola a Kisati. Todo lo que hicimos nos llamó la atención, alguno de nosotros hizo más de 1.500 fotografías esos días, todo lo quieres fotografiar, todo te llama la atención: los animales, las crías, los paisajes, el amanecer y el atardecer, los sonidos, etc.
El boat safari, fue distinto, íbamos viendo a esos pequeños cocodrilos, las aves, la vida a la orilla del río, eses mujeres que lo cruzaban, más tarde los grupos de hipopótamos, alguna iguana enorme y para terminar el atardecer en el río Rufiji.
El walking safari, fue de dos horas antes de desayunar, más para ver monos y los diferentes árboles que pueblan los márgenes del río Rufiji, nuestro guía fue genial, no hacía falta que se disfrazase de aborigen, pero le dio un toque especial, hacía algo de frío, pero se pasó rápido, todo fue curioso y entretenido.
Y el día entero lo pasamos en el todoterreno, viendo los diferentes animales que tantas veces vemos en los documentales, siempre quieres ver a ese grupo de leones, a las leonas cazando o a esas enormes manadas de ñus o de gacelas, Coto Selous, es diferente, parece más íntimo, hay menos turistas y a los márgenes del río Rufiji hay una gran vida, impone observar a los cocodrilos amenazantes en los márgenes del río, a los hipopótamos compartiendo ese lugar con ellos, a los herbívoros acercándose a la orilla, o a los leones observando desde la lejanía a ese grupo de gacelas.
En Selous no vimos grandes grupos de elefantes, ahora jirafas y antílopes por todos lados, a familias enteras de babuinos o a jabalíes salvajes corriendo a toda velocidad.
Para llegar al Parque Nacional de Ruaha, nos llevó dos días completos, hay que tenerlo en cuenta cuando se contrata, el P.N. de Mikumi, está más cerca, por lo que si no se dispone de mucho tiempo es más aconsejable, nosotros queríamos llegar a Iringa, ya que el primer plan era llegar a Mbeya y cruzar el Tanganica, al final, cambiamos de planes, pero Ruaha, es distinto, es un río que se seca en algunas partes, el río Gran Runha, te da la bienvenida nada más llegar y allí ves ya a los cocodrilos esperando a su presa, otros fuera calentando sus cuerpos, se pueden ver grandes grupos de elefantes, hipopótamos fuera del agua y leones caminando en busca de sus presas.
Nosotros buscamos al leopardo subido en algún árbol pero fue imposible, la parte más interesante es el camino al lado del río, una vez que te sales de allí, es un visión más árida y seca, donde animales sueltos intentan encontrar algo de comida.
Días de polvo y todoterreno, muchas fotos y picnic debajo de alguna acacia o zona reservada para ello, cientos de animales por todos lados y estampas que vuelves a recordar cuando pongas La2 cualquier tarde en España.