Nuestra llegada a Dar es Salaam fue a las 6.00 de la mañana del 4 de agosto, al pasar la aduana y pagar los 50 dólares del visado, sólo estábamos preocupados de coger las mochilas y buscar nuestro primer hotel, pero lo sorprendente, es que de la zona de recogida de equipajes a la calle, sólo lo separaba un puerta, al salir, los taxistas solicitándote sus servicios y múltiples oficinas de cambio, cambios 50 euros, nos dieron 115.000 shillings y queríamos coger nuestro primer dala-dala, esas primeras horas algo perdidos y sin saber qué hacer, así que cogimos un taxi por 15.000 shillings y le pedimos que nos llevara al Jambo Inn, resultó que estaba completo, al Safari Inn entonces, están muy cerca y tampoco tenían habitaciones, por lo que terminamos en el hotel que describe Javier Reverte en El sueño de África, en el New Continental, por 72.000 shillings la noche en habitación triple.
Todo iba rápido, de repente nos vimos caminando por las calles de Dar, con esas personas que te acompañan cuando te ven perdido, serían las 9.00 de la mañana y ya estábamos en el mercado de pescado, un humo negro y un olor a pescado frito que se podía percibir a más de cien metros, las barcas que llegaban de pescar durante toda la noche y el agua llena de escamas que se escurría por allá donde ibas, al principio asusta ese descontrol que se percibe, me recordó a la primera escena de la película El perfume, cuando el protagonista nace entre vísceras de pescado, además del cansancio acumulado después de 12 horas de vuelo y 2 horas de escala en El Cairo, nos hacía quizás estar más alerta ante todo lo que percibíamos.
Sin darnos cuenta las primeras Safaris (cervezas de medio litro) en el puerto, eran sólo las 10.00 de la mañana y teníamos que encontrar una empresa de safaris (estos de viajes), que es lo que significa safari en suajili, en el hotel nos ofrecieron uno por Coto Selous, Ruaha y Mikumi por 1200 dólares por persona, muy caro para nuestro presupuesto, al final bajaron a 900 dólares, pero no lo cogimos, por lo que nos fuimos a la ciudad a ver si encontrábamos algo más barato, pero el sueño y el cansancio podía con nosotros, a las 15.00 horas estábamos en Horton Safaris, dentro de un chamizo de hojalata, que no entiendes que sea la oficina de nada al lado de la terminal de ferris y del puerto de Dar, también nos pedían unos 1000 dólares por persona, no podíamos prestar atención, nos caíamos del sueño, por lo que decidimos irnos a comer y pensar qué hacer, si estar un día más en Dar y ver cómo funcionaba el país o intentar llegar a Mikumi por nuestra cuenta y organizar el safari desde allí (menos mal que no lo hicimos); la noche llegaba, ya que a las 18.30 horas anochece, volvimos al restaurante donde más veces hemos comido, mientras tomábamos otras cervezas, más o menos lo teníamos claro y regresamos al hotel, esperando una respuesta de las empresas de safaris.
Cuando llegamos a la habitación, una triple, con un cuarto de baño sin comentarios, llegó Jefferson, un chico que hablaba español y que nos dejaba un safari con Horton Safaris por Coto Selous y el PN de Ruaha de 7 días de duración por 720 dólares, cambiamos los planes y al día siguiente a las 6.00 de la mañana estábamos en marcha para Coto Selous, pagamos esa misma mañana y fuimos al mercado a comprar para esa primera semana…comenzaban las primeras experiencias.